El jardín más bello del mundo: Keukenhof (Holanda)
Coincidiendo con el comienzo de la primavera abre sus puertas Keukenhof, considerado el “jardín más bello del mundo”, muy cerca de Ámsterdam. Este año está abierto del 24 de marzo al 16 de mayo. Una orgía de colores, formas y olores se ofrece a sus visitantes sobre una gran superficie de 32 hectáreas y con más de siete millones de flores como protagonistas, especialmente tulipanes en todas su variedades —se calcula que hay más de 5.000 diferentes—, pero también narcisos, jacintos y otras flores de bulbo en un paisaje fascinante, en el que se intercalan árboles centenarios, lagos, arbustos, plantas perennes y grandes extensiones de césped.
Tampoco faltan las estatuas, fuentes, terrazas, escaleras, puentes, invernaderos y… naturalmente, un tradicional molino holandés, que sirve para mostrar cómo se elaboraba la harina y desde el que se obtiene una preciosa perspectiva sobre todo Keukenhof y los interminables y floridos campos de plantaciones. El tema de Keukenhof para 2016 es “La edad de oro”, la época en la que Holanda se enriqueció a través del comercio en todo el mundo. Esta fue también la época de los exploradores del mundo y cuando el comercio del tulipán prosperó.
Entre las novedades de este año destaca un mosaico de bulbos de flores sobre la Edad de Oro. El mosaico muestra una baldosa azul de Delft en la que se representa el comercio a través de los mares y las ricas casas junto al canal de Ámsterdam. El mosaico tiene una superficie de 250 metros cuadrados. Hay 100.000 bulbos de flores utilizadas: tulipanes, jacintos y azafranes. El mosaico se ha plantado con dos capas de bulbos, lo que garantiza que va a florecer a lo largo de toda la temporada.
El parque primaveral más bonito del mundo ha sido visitado por más de 50 millones desde su creación hace 67 años. En 2015 batió el récord de 1.175.000 visitantes. Pero pese a su edad, está más joven que nunca, con la primavera mostrándose en todo su esplendor de flores y colores. Además de los millones de bulbos en flor y las fantásticas exhibiciones de flores, Keukenhof tiene el mayor jardín de esculturas de los Países Bajos y es el lugar más fotografiado del mundo. Conocidos como los “jardines de Europa”, Keukenhof son seguramente de los más hermosos que existen. Inconfundibles por sus brillantes colores, su variedad de flores y sus paisajes naturales con más de 15 kilómetros de senderos por los que pasear contemplando los conjuntos florales.
Una larga historia
Keukenhof, junto a la pequeña ciudad de Lisse, a sólo 40 kilómetros de Ámsterdam, nació en 1949 como escaparate de los productores holandeses de bulbos que querían mostrar la calidad de sus flores a los posibles clientes. Los diez activos floricultores que tomaron la iniciativa consiguieron que les cediesen este parque centenario que, según los historiadores, había pertenecido a la duquesa Jacoba de Baviera en la primera mitad del siglo XV, quien lo utilizaba para descansar, cazar y recoger plantas que luego se utilizaban para cocinar en el castillo, de donde vino el nombre de Keukenhof (jardín de la cocina). Hacia 1830, se encomendó al arquitecto paisajista Zocher el diseño de unos jardines. Inspirándose en los paisajes ingleses, Zocher trazó los rasgos generales del actual Keukenhof.
Pero lo que empezó siendo casi una íntima muestra comercial se ha convertido, casi sesenta años más tarde, en uno de los lugares más espectaculares de Europa y el principal atractivo turístico de Holanda en primavera, al que acude cada año más de un millón de personas. El jardín también puede visitarse en la llamada “barca de los susurros”, embarcación que navega por los canales respetando el medio ambiente casi sin hacer ruido o sobrevolarse en un histórico Dakota.
Los visitantes pueden recorrer sus más de quince kilómetros de paseos y senderos bordeados de flores y plantas, detenerse ante los diferentes jardines temáticos: aromático, abstracto, multicolor, de estilo renacentista, acuático…, contemplar la deliciosa exposición permanente de orquídeas o tomar ideas de los jardines en miniatura para trasladarlas a su jardín particular.
Enrique Sancho
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